¡¡Qué contentos están los enemigos de España!! (Foto de Internet) |
Leo en “El Periódico de Cataluña” (consulto todos los días, por lo menos, tres diarios catalanes), un artículo con el siguiente titular: GOBIERNO Y GENERALITAT SUAVIZAN LA TENSIÓN POR LOS LAZOS AMARILLOS, cuyo contenido no tiene desperdicio en cuanto a la humillación y bajada de pantalones que para España se refiere, perpetrada a presencia de un sonriente Ministro del Interior (Don Fernando), cuya “pasividad” (no vean en esta palabra connotaciones gais, ¡¡por favor!!) no sabemos si es algo propio u órdenes de la “superioridad” (PEDRO y PABLO).
Esas “gentes” no son conscientes (o tal vez sí) de que cuando van a un acto institucional representando a España (al Estado) están obligados a que su representada no sea vejada, humillada y herida en su dignidad. Ya dijimos en otra ocasión el bochorno que cualquier español de bien debió sentir al ver al “retorcido” Torra acudir a la Moncloa con su lacito amarillo, sin que el Presidente señor Sánchez lo echara escaleras abajo, pues con el lacito entraba en la sede oficial del Gobierno la proclama de “los presos políticos injustamente”, el “Estado opresor español”, “la Justicia manipulada”, “los exiliados” y “la exigencia de que sean puestos en libertad”. A colación me viene a la memoria lo que expliqué en otra ocasión, cuando a Tarradellas le llegó en visita oficial a la sede de la Generalitat aquel clérigo medio loco (Xirinachs, que me parece anda todavía por ahí pues en el homenaje a otro de su bando –Dalmau– lo nombran según leo en el diario Punt Avui) vestido medio de payaso, medio de adefesio, al que le negó la “audiencia”, no por él (decía Tarradellas) sino por la Institución que representaba, y lo mandó a tomar “aire fresco”, conminándole a que volviera cuando vistiera con la dignidad que la Generalitat se merecía ¡¡Tome nota, señor Sánchez!!
Como nuestro actual Gobierno parece estar acostumbrado a que le metan “goles por la escuadra” (como el del sindicato putero) veamos los que ha encajado a través del ínclito Marlaska:
- La entrada oficial de los MOSSOS en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, lo que les permitirá mantener relaciones directas de cooperación con organismos análogos de todo el mundo “de igual a igual”, como si de una “agencia estatal” se tratara (¡¡Un buen paso para las “estructuras” de Estado que los separatistas intentan edificar!!)
- Admitir que no existe en Cataluña crisis de convivencia por culpa de los lazos amarillos, cuando Pedro Sánchez hace unos días dijo que sí existía. ¿Es que sí o es que no, como se dice en la “Parrala”?
- Solemne reconocimiento de que el espacio público es de todos los ciudadanos cualquiera que sea su ideología. Esta declaración es tan tonta y obvia como si hubieran dicho que en el verano hace calor y en invierno frío.
- Dejar en manos de la Consellería de Interior que dirige el impresentable Miquel Buch el cumplimiento de que el espacio público es de todos, sin concretar cómo y cuándo se llevará a efecto, pues según reitera el Ministro la convivencia ciudadana es “real” (¿no habrá querido decir “republicana”)
- Además, ha reconocido que la competencia en materias de seguridad y orden público corresponden “exclusivamente” a la Generalitat, conforme a su Estatuto de Autonomía, haciendo dejación de que el Estatuto dimana de la Constitución, norma superior, a la que están sujetos y subordinados todos los ciudadanos y poderes públicos, según el artículo 9 CE.
- No dedicar ni una línea al “tomate” que se avecina por el 11 de septiembre y el 1 de octubre ¡¡Cómo todo es “normal” en Cataluña, para qué vamos a tensionar tan amable reunión!!
Para este viaje, señor Ministro no le hacían falta alforjas (o sí, vete a saber). Lo han toreado a placer estos separatistas (aunque se definan como anti-taurinos). Lo malo es que usted representaba a España que es la verdaderamente lidiada, a la que están llevando tras tanta tanda de “pica” y profusión de banderillas (con la bandera estelada) a “cuadrarla” convenientemente para meterle el estoque hasta la empuñadura o, si huye, a perseguirla hasta las “tablas” para apuntillarla a placer.
1 de octubre de 2017 en Barcelona (Foto de Internet) |
¿No se dan cuenta ustedes señores del Gobierno (o no quieren darse cuenta por lo que históricamente les afecta) de que los separatistas catalanes están utilizando la misma estrategia de “su PSOE” entre octubre de 1934 a febrero de 1936?
En octubre de 1934 hubo una rebelión, un golpe de estado, contra la República y su Gobierno legítimo nacido de las elecciones generales de 1933 ganadas por el centro-derecha, que el PSOE de Largo Caballero y Prieto (principalmente, sin olvidar al “criminal” González Peña) no fue capaz de digerir pues era un partido marxista y nada democrático que no creía en la alternancia en la gobernabilidad del país. El Estado (la República) tuvo que defenderse de la rebelión que se enquistó en Asturias y se aprovechó por ERC (el actual socio de Sánchez) para declarar la independencia de Cataluña por el Presidente de la Generalitat llamado Luis Companys (el Puigdemont-Torra de entonces) La defensa de la legalidad tuvo que encomendarse a las Fuerzas Armadas ya que se aplicó la norma constitucional del estado de sitio o guerra en determinados territorios de la Nación. Hubo verdaderas batallas (los rebeldes de Asturias se hicieron con muchas armas de las fábricas de aquella región) con muertos y heridos. Finalmente, el Estado de Derecho venció, las tropas sufrieron bajas, la artillería cañoneó el palacio de la Generalitat para finalmente restaurar la legalidad; encarceló a los delincuentes que no consiguieron escapar, e inició juicios que terminaron con condenas (las de muerte fueron conmutadas todas menos la de un par de “pececillos” sin importancia)
Cuerda de presos marxistas rebeldes (Foto de Internet) |
A pesar de que el Gobierno de la República actuó desde la más estricta legalidad, dentro de los cauces constitucionales, para abortar la pretensión de implantar por la fuerza un régimen político totalitario y dictatorial marxista a imagen y semejanza del de la URSS, el marxismo internacional movido desde Moscú y adoptado por algunos estados papanatas europeos y americanos empezaron con una feroz propaganda contra España y su Gobierno al grito de la “cruel represión” contra el indefenso pueblo, magnificando los episodios represivos y ocultando los desmanes de los revoltosos (aquellas carnicerías asturianas que exhibían “carne de cerdo” procedente de cadáveres de sacerdotes, por ejemplo). El clamor internacional fue de tal magnitud que acobardó al Gobierno de centro-derecha y envalentonó a toda la izquierda (un batiburrillo de socialistas, comunistas, anarquistas, separatistas y “cuatro gatos” republicanos seguidores del encarcelado Azaña) que formó un Frente Popular para las elecciones que (otro memo, envidioso y endiosado) el Presidente de la República, Alcalá Zamora en su afán de impedir que Gil Robles fuera presidente del Gobierno convocó las elecciones del 16 de febrero de 1936 cuyo lema fue vengar “la represión de Octubre”, “castigar a los represores”, “poner en libertad a los presos”, “reponer en sus puestos de trabajo a los rebeldes que lo habían perdido por su intervención activa en los sucesos”, “amnistía para los exiliados (huidos)”, etc., etc. (¡¡Os suena de algo!!). Total, ¡¡aquí no había pasado nada!! Como era el marxismo quien daba el golpe de estado para implantar la dictadura del proletariado tras dinamitar la República burguesa, pues a callar y tragar. ¿Y en Cataluña? ¿Qué habían proclamado la independencia y separación del territorio del resto de España violando la Constitución? Pues, ná de ná. “Pelillos a la mar”. Eran los muy dignos señores de la Izquierda (republicana), los del ¡¡Viva Maciá!! y ¡¡Mori Cambó!! (Cambó, aunque nacionalista, era de derechas, y Maciá antiguo coronel del Ejército Español y perjuro, era de izquierdas). Es evidente que dieron la vuelta a la tortilla: los rebeldes pasaron a ser los “buenos” y el Gobierno legítimo que hizo uso de los instrumentos constitucionales que le obligaban a ello, se convirtió en el malo de la película.
Los golpistas catalanes de 1934, enjaulados (Foto de Internet) |
Perdió la Derecha unas elecciones tramposas, donde las coacciones y desmanes de los vencedores fueron constantes (solo es necesario repasar la prensa –incluida la de izquierdas– para comprobar lo que digo) y sin esperar resultados finales, el mismo día 17 de febrero las turbas asaltaron las cárceles poniendo en libertad a “sus presos” (de paso tomaron la puerta de salida no pocos presos comunes), volvieron posesionarse de sus cargos los cabecillas rebeldes (Azaña y Companys, entre otros muchos) y a sus trabajos los que fueron despedidos (incluso aquellos que habían agredido o matado a sus patronos) y se inició un periodo de hostigamiento hacia la gente de derechas (no los millonarios, que pusieron pies en polvorosa, con sus dineros en el extranjero) por el mero hecho de ir a misa o votar a determinados partidos en las elecciones. Todo bajo la “pantalla” de un “respetable republicanismo”, eufemismo sintáctico que ha llegado hasta nuestros días al cambiar la denominación de “rojos” (que ellos mismos se daban) por la de “republicanos” que siempre repudiaron.
Sin ánimo de comparar diremos que algo parecido a 1934-36 es el momento actual de Cataluña con sus procesados, presos y huidos. Incluso el “golpe de Estado permanente” que el PSOE instauró a partir de 1933, cuando perdió las elecciones generales, es semejante a la subversión que las autoridades catalanas han sumido a sus seguidores separatistas desde hace varios años (lo inició Arturo Mas, que insólitamente no está procesado por el uno de octubre) Aquí también se está dando la vuelta a la tortilla de tal manera que acabarán en la cárcel o exiliados quienes cumpliendo con su deber ¡¡constitucional!! y libres de toda culpa los que intentaron unas votaciones ilegales para fines ilegales, basadas en leyes ilegales emanadas de un órgano legislativo (el Parlament) carente de facultades para dictarlas. Se ha demonizado la aplicación del artículo 155 (incluso tan tibia y ridícula aplicación) y se está haciendo bandera de una España represiva, con leyes injustas, jueces prevaricadores y no sé cuántas cosas más, por aquellos países europeos (Bélgica a la cabeza) que se la “cogen con papel de fumar” para los asuntos foráneos en los que no pintan nada, haciendo bueno aquello de que ven la “paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
Esta ya no tan joven democracia española tuvo su rebelión (militar, por supuesto) el 23F, lo que motivó un profundo cambio posterior, una reforma integral de los ejércitos, que pasaron a ser no los que ganaron la guerra civil, sino los de un país democrático que no iba a permitir otra asonada rebelde contraria a su Constitución.
Lo que hizo la Justicia militar (que le sacó las “castañas del fuego” al Gobierno de Calvo Sotelo y Felipe González) no lo supo hacer (más bien, no se atrevió a hacerlo) el Gobierno de Mariano Rajoy al aplicar el artículo 155 de la Constitución. Nunca sabremos si fue cobardía propia o le ataron CS y PSOE que solo querían unas elecciones autonómicas lo más rápidas posible; algo semejante al lavado de manos de Poncio Pilatos. Perdieron unos y otros la ocasión de extirpar el mal (medios de comunicación, enseñanza, finanzas, orden público, disolución de la policía autonómica, etc.) y pese a que descargaron el “marrón” en la Administración de Justicia, la civil ordinaria no es tan expeditiva (ni mucho menos) que la militar, y así nos va, arrastrándonos por juzgados y tribunales foráneos con un desafortunado resultado ya que los rebeldes (y sus dineros que “untan” medios de comunicación europeos y americanos) nos llevan gran ventaja al haber conseguido que el “partido” tengamos que jugarlo en “campo contrario”.
Grupo de procesados por el 23F (Foto de Internet) |
La Historia (la de verdad, no la memez “memoria histórica”) nos dice que el PSOE de 1936 y sus coaligados ganaron la partida a cambio de llevar al país a la guerra civil con la que pretendían anular para siempre (suprimir política y/o físicamente) a la otra media España que no se resignó a morir. Ahora vuelve a ostentar el poder otro PSOE (con otros coaligados semejantes) que aunque se liberó del marxismo de la mano de Felipe González, se apoya en el postulado comunista (PODEMOS, como socio prioritario) y nuevamente, como en aquel febrero de 1936 ha llegado a gobernar gracias a los votos de los partidos separatistas, antisistema, anarquistas y otras ideologías análogas (todas contrarias a la Constitución, a la Monarquía, a la Religión Católica y al concepto de España que tenemos millones de ciudadanos) que a medio plazo aspira a laminar nuestra Nación... Si no se les cortan las alas. En el ABC de 30 de septiembre de 2017 y en el de hoy 8 de septiembre de 2017, hay sendos artículos del general retirado Don Ricardo Martínez Isidoro que aconsejo leer. Son claros y contundentes. El estamento militar, mientras no se cambie la Constitución, viene obligado a defender la integridad de España según reza el artículo 8º.
El general Martínez Isidoro (Foto de Internet) |
“¿HISPANIA manibus et non morieris in manu inimicorum eius?”
Esa es la pregunta que me hago y os hago ¿Morirá España a manos de sus enemigos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios.