Ascenso de VOX en las Elecciones Nacionales del 10 de noviembre de 2019. |
En segundo lugar, participo en la visión que tienen del separatismo (vasco y catalán), así como de la integridad territorial de España. Si en mi comunidad de vecinos los propietarios de un par de viviendas fueran incendiarios que quisieran pegarle fuego al edificio, el resto de los vecinos nos uniríamos (sin duda) para poner a buen recaudo a quienes quieren hacer tal daño al inmueble común. Es algo de lo más lógico.
Carecen (los de VOX) de la masa de ladrones que se enseñorearon del PSOE y PP, varios de cuyos dirigentes fueron a parar con sus huesos en la cárcel; de momento es rectilíneo en sus postulados: sus enemigos son los enemigos de España, tengan las siglas que tengan, a los que no apoyaran jamás (según dicen) para lograr unos “sillones” que no sirvan para el bien de la Nación, a la que niegan sea una “nación de naciones”, sino la más antigua y prestigiosa de Europa por su Historia.
En materia económica todo está inventado: o liberal “salvaje”, o mercado regulado al estilo marxista, o ese intermedio, aquella “tercera vía” con la que soñaba el socialista Mussolini y que han puesto en marcha los estados “comunistas” de China y Vietnam.
Separación de poderes, ¡Sí!; Monarquía, sin ser monárquico la prefiero al sistema de estado republicano por su implicación política mientras que la Corona nos ofrece neutralidad.
Mi cerebro va más rápido que mis dedos para escribir lo que pienso; la enfermedad me tiene sin fuerzas físicas. Mi último deseo es que en España, en este otoño frío, “vuelva a reír la primavera” y los españoles puedan ver a su Bandera victoriosa sobre las banderas apócrifas que hoy nos desbordan.
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