lunes, 26 de noviembre de 2018

¿Qué pasa con Franco?

¿Qué pasa con Franco? ¿Sólo su “dictadura” es condenable? ¡Oigan, señores! ¡Recordemos que Franco murió en su cama hace 43 años! ¿La actual sociedad española carece de sentido común?

Franco, el militar pendiente de “desahucio” (Foto de Internet)
Franco, el militar pendiente de “desahucio” (Foto de Internet)
A modo de preámbulo: Nunca he sido “franquista” ni lo soy ahora, a la vejez. Seguramente debido a que el “franquismo” como idea política no existe, es inextrapolable a otros países o sistemas dado que va unido a una persona (Franco) y a su forma de gobernar tras ganar la guerra civil, con mano militar hasta 1956, aproximadamente, (él solo era eso, un militar con gran prestigio entre sus compañeros de armas) y muy inteligentemente después, hasta su muerte, y digo la de inteligente dado que se supo rodear de los mejores “cerebros” patrios que nos llevaron de la autarquía tipo cuartel legionario de Dar Riffien, a la estabilidad económica y el reconocimiento en todas las áreas internacionales de las naciones del mundo occidental. Se apropió (cuando le convino) algunos de los símbolos de Falange y permitió el desarrollo de los proyectos sociales joseantonianos que han llegado hasta nuestros días, negados por la izquierda socialista a la que “no le gusta” que durante el régimen de Franco se hiciera “algo bien”, en provecho de la clase trabajadora. Cuando Falange y sus camisas azules le estorbaron, la arrojó al cubo de la basura de la historia sin escrúpulo alguno. Eso, la inexistencia de una verdadera oposición, una exigua pero eficaz policía política, la abnegada conducta de la mal pagada Guardia Civil y la fidelidad sin fisuras del Ejército, le permitieron mantener las riendas del poder casi cuarenta años.
Al respecto de la negación de todo tipo de logros sociales durante el llamado “franquismo” recuerdo (lo digo a modo de ejemplo) el encono de un conocido mío en afirmarme que el acceso a la Universidad para aquellos mayores de 25 años que carecían del título de bachiller al haber carecido de medios y oportunidades para estudiarlo y obtenerlo, había sido cosa del PSOE, lo que me obligó a buscar la Ley de 14/1970 firmada por Franco y el presidente de las Cortes Rodríguez de Valcárcel en el Pazo de Meirás el 6 de Agosto de 1970, en cuyo artículo 36, punto 3º así se recoge. Mi conocido se hacía cruces pues había crecido (es mucho más joven que yo) con aquella creencia… Y así tantas y otras cosas (por cierto, esa ley de 1970 fue la mejor ley educativa que ha tenido España).
Es tanto mi asombro por lo que veo, oigo, leo y escucho sobre el Jefe del Estado Francisco Franco, que pese a no haber sido precisamente mi ídolo (como si lo fue José Antonio) no puedo remediar salir en defensa de su figura histórica tras hacerme continuas preguntas (como las del encabezamiento de este escrito) sin encontrar respuestas sólidas y convincentes que desatasquen el conflicto cerebral que padezco, resultado de la intoxicación que cuatro imberbes (y otros más talluditos) que ni habían nacido en el momento de morir Franco hace 43 años, me quieren meter en la cabeza que lo que viví a partir de 1939 en que nací, hasta 1975, periodo de 36 años en el que se desarrolló mi infancia, adolescencia, juventud e inicio de la madurez, época en la que completé estudios universitarios y me “coloqué” en un puesto laboral desde el que pude ganarme la vida honestamente, no es como yo la percibí, saboreé y asimilé sino como esos barbilampiños ignorantes de nuestra Historia (aunque rellenos a rebosar de mala leche, odio y rencor) quieren que toda nuestra generación aceptemos, sin posibilidad de contradecirles pues son ellos quienes dominan los medios de comunicación social… Como solo me queda el pensamiento, la conversación con alguno de los pocos amigos que no se han “quedado por el camino”, y la posibilidad de escribir en este medio (hasta que me “tachen”, pues creo que van a impedir hablar de Franco, excepto para insultarlo), voy a ir desgranando las respuestas que me parecen adecuadas a las preguntas que me hago (remedo a aquel Juan Palomo del “yo me lo guiso y yo me lo como”)
 El polémico “Valle de los Caídos” (Foto de Internet)
 El polémico “Valle de los Caídos” (Foto de Internet)

¿Qué pasa con Franco?

Desde que el inepto de Zapatero llegó al poder y le dio la ventolera de “vengar” a uno de sus abuelos fusilado por los nacionales (el otro abuelo fue franquista con cargo oficial) y abrió bruscamente el doloroso pasado de la Guerra Civil que había sido atado y cerrado bajo llave, como el sepulcro del Cid, tras la reconciliación plasmada en los indultos y amnistías de 1976 y 1977 y culminado con la Constitución de 1978 consensuada por todas las tendencias políticas, el comunismo marxista (el enemigo de Franco, que lo derrotó) ha rebrotado con “piel de cordero” de la mano de un hombre inteligente (peligrosa inteligencia) al que se le dio cancha en el programa de “El Gato al Agua” de Antonio Jiménez, donde se hizo notar como buen comunicador televisivo que le catapultó a que Irán y la Venezuela chavista le echara una mano económica para desestabilizar la decadente democracia española carcomida por la corrupción de muchos de los políticos de los dos principales partidos estatales. Iglesias, en este momento, ya convertido en Pablo” Catedrales” quiere ganar ahora, 80 años después, la guerra que perdieron sus congéneres comunistas, mediante una primera batalla muy simbólica (exhumar a Franco del Valle de los Caídos) y totalmente positiva para la erradicación de la memoria del Caudillo y de su obra de gobierno que ven mitológicamente representada por aquella gran obra y la cruz que la corona, que aborrecen; este empeño ha sido asumido por el nuevo PSOE de Pedro Sánchez que ha fijado como meta de su previsible corto mandato presidencial cambiar el signo aquella guerra en la que su abuelo, militar legionario, ayudó a Franco, para ponerse la medalla de haber conseguido derrotar al “dictador” y conseguir el aplauso de los partidos separatistas y demás patulea política, al llevar a cabo lo que no supieron ni se atrevieron a hacer sus predecesores. En la Edad Media, cuando la lucha entre cristianos y musulmanes era el común denominador peninsular, a los cobardes se les definía así: “A moro muerto, gran lanzada”. Ahora no se utiliza la lanza sino el BOE del que se ha adueñado Sánchez, y en eso está
Foto y cometarios obtenidos de Internet
Foto y cometarios obtenidos de Internet
En definitiva, lo que pasa con el protagonismo de Franco desde que le usurparon el poder al PP, según mi leal saber y entender, es el afán de la Izquierda de ganar ahora la guerra que perdió y sus líderes ponerse las medallas de la victoria para lucirlas ante los palmeros nacionales e internacionales, que los hay a montones. Solo les quiero recordar que la Historia se puede cambiar (mintiendo) en los libros, pero los hechos son inmutables.

¿Solo la dictadura de Franco es condenable?

En el momento de escribir estas líneas tenemos al presidente Sánchez en Cuba, nación en la que desde 1959 existe una férrea dictadura comunista, dictadura que con sus tratados con la URSS estuvo a punto de provocar la III Guerra Mundial de carácter nuclear (recordemos la crisis de los misiles de 1962-63). Allí no existen derechos individuales para quienes no están de acuerdo con el Gobierno y la policía y ejército (numeroso y bien pertrechado) tienen actualmente carácter represivo dentro de su territorio, así como en el pasado fue expansivo del marxismo en África y América central y del sur. Sin olvidar a los “comités ciudadanos” que controlan eficazmente a los vecinos disidentes. Supongo que Don Pedro Sánchez no habrá tenido ningún reparo en estrechar las manos de los dictadores cubanos, como no lo tuvo días antes en su visita al teocrático reino de Marruecos, dictadura pura y dura de la que Hassan II fue su mayor icono, como no la tuvo el presidente de EEUU (Trump) al reunirse con el mayor dictador existente hoy sobre la Tierra, el también comunista (claro está) presidente de Corea del Norte; o la sopa boba que el tontiloco de Zapatero come un día sí y otro también en Venezuela, otra dictadura vestida de democracia, a la que hacen coro las de Bolivia y Nicaragua, a ninguna de las cuales hacen ascos nuestros dirigentes socialistas bajo la mirada beatifica y sonrisa de oreja a oreja de sus compadres comunistas de PODEMOS. Ni el contexto de naciones integradas en la ONU ataca a los “dictadores totales o medio pensionistas” de Arabia Saudita, Kuwait, Rusia, Bielorrusia, China, Vietnam y tantos otros que se mueven como pez en el agua por el Cáucaso, Asia, África, América y Oceanía.
Kim Jong-un, el líder de los dictadores políticos (Foto de Internet)
Kim Jong-un, el líder de los dictadores políticos (Foto de Internet)
Comparar los dirigentes de las dictaduras actuales, algunas mimadas por la Izquierda y todas con sus cabecillas al frente, admitidas en el “tejido” de naciones, y dictadores poco o nada rechazados ni tan siquiera controvertidos, con los logros de la “dictadura” de Franco (36 años) ni con las cualidades personales de nuestro personaje histórico solo vituperado tras haber ganado la guerra civil pues anteriormente era respetado como el general más joven de Europa (después de Napoleón), condecorado con la “Legión de Honor” francesa, fundador y director de la AGM de Zaragoza, modelo inspirador de otras escuelas militares en Europa y América, enviado especial el 20 de enero de 1936 del Gobierno de la República a Inglaterra para asistir al funeral del Rey Jorge V... Además, su valor personal acreditado, lo pone muy por encima de la panda de cobardes que ahora, una vez muerto, se atreven a insultarle... Por algún lugar he leído que el odio y la envidia es una admiración “mal administrados”. Ahí lo dejo.

¡Oigan, señores! ¡Recordemos que Franco murió en su cama hace 43 años!

Quienes como el que esto escribe ya estaba más cerca de los 40 que de los 30 (años) aquel 20 de Noviembre de 1975 podemos dar fe como testigos presenciales de la conmoción que produjo en la sociedad española “sana” (no había comenzado todavía el “cambio de chaquetas” ni la degradación moral), las kilométricas colas de la gente para rendir un último homenaje personal al cadáver expuesto en la capilla del Palacio Real de Madrid, e incluso de la multitudinaria manifestación del 20 de Noviembre de 1976 en la Plaza de Oriente de respeto, afecto y deferencia hacia el que todavía era calificado como “El Caudillo” (aquél día me cogió en Madrid y me acerqué a la Plaza de Oriente: Allí había gente de todo tipo de condición social, pero estimo que no abundaban los millonarios, grandes empresarios, banqueros o políticos que debían estar preparando la tarta a repartirse con la inminente llegada de la Democracia).
Comitiva del entierro de Franco hacia su tumba (Foto de Internet)
Comitiva del entierro de Franco hacia su tumba (Foto de Internet)
Considero que la gran mayoría de los españoles de mi generación entendimos que el llamado “franquismo sociológico” había cumplido su ciclo, que muerto Franco se tenían que abrir nuevas vías políticas en la que los españoles tuvieran mayor protagonismo, pues la Nación se hallaba preparada (su hegemónica clase media) para continuar ampliando las bases de prosperidad abiertas anteriormente. Lo que no pudimos imaginar es que aquella “democracia” que postulaban Adolfo Suarez y el Rey Juan Carlos, al nacer lo hiciera con el germen del cáncer separatista vasco y catalán, así como con el afloramiento de los políticos de oficio para los que el logro de sus ambiciones personales (dinero y otras prebendas) o ideológicas iban a estar por encima del interés general de los españoles ¡Y, así nos ha ido! Seguro que el conde de Romanones hubiera repetido aquello de ¡¡joder, que “tropa”!!
Qué 43 años después de muerto Franco la ubicación de su cadáver y la extirpación de su memoria sean los puntos más importantes de los programas políticos de la Izquierda, nos hace pensar que muy poco nos pueden aportar (esos Partidos) al desarrollo y bienestar de la ciudadanía… Y mientras, la Derecha en “Babia”, sin atreverse a abrir la boca, haciendo de “Don Tancredo” ante las votaciones reprobatorias con su cobarde abstención.

¿La actual sociedad española carece de sentido común?

Desde hace cuarenta años se dice que gracias al final de la dictadura franquista los españoles tenemos “libertad de expresión”, pues así se nos ha reconocido como derecho fundamental en la Constitución (artículo 20) pero la realidad es muy otra: En los medios de comunicación escritos, visuales u orales solo se publica lo que sus propietarios quieren y estiman conveniente para sus intereses económicos o políticos (censura sibilina, pero censura); han conseguido imponer (las Izquierdas) en el leguaje lo que se ha dado en denominar “corrección política”, de tal forma que ya no existen individuos de raza negra sino subsaharianos, ni gitanos en reyertas a tiros y navajazos pues solo publica el suceso como “altercado entre familias rivales”, ni los inmigrantes ilegales marroquíes o argelinos cometen delitos de robos y violaciones individuales o masivas (todo el mundo lo oculta), pero si alguno de tales hechos los cometen oriundos españoles que encima pueden ser guardias civiles o militares, se arma una campaña nacional contra ellos. Ya no puedes hablar públicamente sobre los homosexuales de todo tipo de pelaje si pones en duda su “normalidad” cuando siempre entendimos que eran objeto de una mala pasada de la naturaleza al haberlos hecho diferentes en su sexualidad del resto de los seres humanos, como lo pueden ser los ciegos de nacimiento discriminados de los videntes… La demencial conducta de esa obligada corrección la acabo de comprobar en un proyecto de ley de la Comunidad Valenciana en la que se castigará con multas de 60.000 a 120.000 euros a quienes intenten aplicar terapias para modificar la orientación sexual. Y VOX es de “extrema derecha” pero CIUDADANOS no es de “extrema izquierda”, mientras que quemar banderas españolas o fotografías del Rey es libertad de expresión, pero decir que Inés Motero está en el Congreso por ser la “compañera” de Iglesias, es atentar contra su honor y debe ser indemnizada…
Dentro de muy pocas fechas, cuando se apruebe (que se aprobará) la ampliación de la Ley de Memoria “Histérica”, será delictivo y puede uno acabar en la cárcel, expresar que durante la “sangrienta” dictadura franquista se vivía bien, mejor que ahora en muchos aspectos, y que Franco no era ese “militarote” zafio, grosero y analfabeto (tipo Pancho Villa) que disfrutaba en el Pardo firmando sentencias de muerte “mientras comía”, “tomando café antes de la siesta” o “viajando en automóvil” como afirmó el hispanista Paul Preston en Febrero de 2010 en una conferencia pronunciada en Valencia. Ignoro que epítetos haya podido proferir este furibundo antifranquista refiriéndose al que fue su presidente (Harry Truman), aquel sectario “bautista”, acérrimo anticatólico, que ordenó arrojar dos bombas atómicas a ciudades indefensas del Japón (causando decenas de miles de muertos entre la población civil), órdenes que no soy capaz de aventurar si las dio antes o después de comer, en coche o en avión; en todo caso esa decisión no lo ha convertido en uno de los mayores asesinos de la historia pese a estar totalmente probada… Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: la historia la escriben siempre los vencedores de las guerras, menos en el caso de Franco que pese a ser el ganador de la guerra civil la historia la van a escribir los vencidos después de 80 años. Evidentemente, España es diferente.
Truman, anunciando por la radio el lanzamiento de las bombas (Foto de Internet)
Truman, anunciando por la radio el lanzamiento de las bombas (Foto de Internet)
O ya no existe el sentido común en nuestra sociedad o ha sido lavado el cerebro colectivo de sus miembros y “miembras” de tal manera que no veo remedio para tan profundo mal… HIPOCRESIA elevada a la máxima potencia que protagoniza espléndidamente Don Pedro Sánchez al dar la vuelta a la tortilla de su no veto al Brexit ya que nos ha vendido que es lo mismo un reconocimiento dentro de u Tratado (que tiene fuerza de Ley) que una declaración paralela, carente de fuerza jurídica que encima no ha querido firmar la primera ministra británica ya que lo ha hecho un embajador.
Sánchez, muy sonriente en Bruselas tras su “puñalada” a España.
Sánchez, muy sonriente en Bruselas tras su “puñalada” a España.

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