Imagen de Cintora obtenida de Internet. |
Creo haber comentado que desde hace mucho tiempo colaboro intensamente con mi esposa en la cocina (las ensaladas son mi especialidad) y que en ese tiempo que pasamos juntos ante nuestros modestos fogones, mi querida mujer le da al interruptor (mando) de la TV para sintonizar la Sexta (por eso sé que existe) pues dice que le divierten las discusiones que allí se entablan por los temas políticos. Como ya he comprobado que ver y oír esa emisora no es motivo de divorcio (según las leyes vigentes) y teniendo en cuenta el amor que siento por ella (por mi esposa, no por la Sexta), en aras a los 56 años que llevamos juntos, transijo y a veces me entero de algo de lo que allí se dice.
Hoy me ha llamado la atención un individuo (no he retenido totalmente su nombre, pero me parece que era Jesús Cintora) de unos escasos cuarenta años de edad, cara afable (sin barba), sonrisa ancha (aunque por la comisura de los labios se le derramaba la mala leche a raudales) que con ampulosa y potente voz venía afirmando (la controversia iba sobre el cadáver de Franco) que la “asesina dictadura de Franco” (que él no conoció, dada su edad) masacraba al pueblo.
Poco menos daba la impresión a la audiencia (me parece que se dice así) que el Régimen de Franco se desayunaba con medio centenar de obreros crudos todos los días, y que comía con los poderosos (banqueros, propietarios, magnates de la Iglesia) opíparos banquetes extraídos del sudor de la frente de los obreros (de los que aún quedaban vivos, se entiende)… ¡¡Y este servidor de ustedes que vivió todos y cada uno de los días dentro de aquel “ignominioso” Régimen!! ¡¡Sin saberlo!! Si al calor que dicen hará esta noche del jueves 2 de Agosto le añado estas historias, seguro que no dormiré.
Escena de aquella serie clásica de terror (Foto de Internet) |
Cierto que durante el Régimen de Franco hubo una férrea censura de los medios de comunicación, censura que se eliminó (con su carácter de previa) tras la llamada Ley Fraga de 1962, pero también es igualmente cierto que en España siempre hubo corresponsales de los principales Diarios mundiales que tales masacres referidas en abstracto por el “memo” de referencia, las hubieran recogido y enviado a sus respectivas redacciones, aunque tuvieran que utilizar las valijas diplomática. Hoy, de haber ocurrido tales atrocidades, estarían en las hemerotecas de aquella prensa mundial y, como todos sabemos (sobre todo la izquierda) no es así. En España nunca salieron a la calle los tanques para reprimir una manifestación (había pocas manifestaciones y pocos tanques, la verdad) como por ejemplo en Hungría (1954), Checoslovaquia (1968) o China (plaza de Tiananmén 1989), regímenes comunistas que agarrotaron las protestas de sus ciudadanos con las unidades acorazadas del Pacto de Varsovia (Hungría y Checoslovaquia) y con las propias del Ejército Rojo en el caso de China, en la que no se sabe ni el número de muertos que hubo. Sin olvidar al “democrático” gobierno mejicano del PRI que en 1968, en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, el ejército y la policía ametralló a los manifestantes (se ignora el número de muertos). Sí, ese gobierno del PRI es el que rechazaba las relaciones diplomáticas con España mientras perdurara la dictadura franquista, y había mantenido en sus tierras un gobierno títere y fantasma de la II República, mientras duraron los dineros robados por Indalecio Prieto y Negrín.
Plaza de las 3 Culturas mejicanas ¿Cuántos muertos hubo? |
Y en aquel régimen “fascista y criminal”, como lo catalogaba el energúmeno en cuestión, una vez finalizada la segunda guerra mundial, loa “martirizados ciudadanos” podíamos obtener pasaporte para viajar por todo el mundo (con excepción de la URSS y países satélites) y salir de nuestras fronteras, así como visitarnos los habitantes de cualquier otro país, mientras que en las naciones comunistas no solo carecían del derecho a viajar sino que el que intentaba salir de los “paraísos comunistas” era detenido o incluso muerto a tiros (todos lo hemos visto tras el levantamiento del Muro de Berlín, en 1961). Y aquí se incluye a la venerada Cuba de Fidel y se mantiene en Corea del Norte… ¡¡Oiga, señor (por decir algo) cuando quiera hablar de masacres y represiones mire hacia los países de la izquierda y deje en paz a España!! ¡¡Usted no tiene ni puñetera idea de lo que fue la España de Franco para la mayoría de los españoles!! Españoles que por la “corrección política” que se la cogen actualmente con “papel de fumar”, no se atreven a decir la verdad de unos hechos incontrovertibles.
Vamos a borrar (como ustedes pretenden) una parte de la Historia de España, la protagonizada por Franco, primero como militar en Marruecos, después como dirigente máximo de la guerra civil (por la carambola de la muerte en accidente de aviación de Sanjurjo y Mola, principalmente, y del fusilamiento de José Antonio que posiblemente pudo influir) y por último por su labor de gobernante (compaginada con la de Jefe del Estado) que pese a la precariedad de su Régimen al haber sido ayudado por los derrotados en la Guerra Mundial y haber vencido a la URSS en la guerra civil, consiguió que no entráramos de lleno en aquella Guerra Mundial, se construyeran las infraestructuras ferroviarias y de carreteras destrozadas en la guerra civil, llegando a implantar incluso las primeras autopistas, se construyeran pantanos, se estableciera un sistema de seguridad social del que quieren apropiarse los actuales dirigentes como si lo hubieran parido ellos (médicos, hospitales, medicinas, jubilaciones, pensiones de orfandad y viudedad, pagas extras, vacaciones pagadas, etc.)
Su lectura lo dice todo. Dimana de una Ley de 1954. |
El Instituto Nacional de la Vivienda (después el Ministerio de la Vivienda) potenció y subvencionó la construcción de hogares para gente del “pueblo” que pudo acceder a la propiedad (están quitando las placas de las fachadas que así lo atestiguan), algo insólito en el pasado, propiedad que ha mitigado en gran medida las bajas pensiones que hoy están cobrando una gran parte de jubilados. Pero las personas que no quisieron comprar para vivir y compraron para sus hijos, por ejemplo, por vivir en otra vivienda de alquiler, se hallaban amparados por las Leyes de Arrendamientos Urbanos franquistas que protegían a los inquilinos frente a los propietarios. Aquel Gobierno “fascista”, triturador de los débiles y vasallo de los ricos y poderosos capitalistas propietarios se inclinó por los trabajadores, como lo había hecho con las leyes laborales con las que las Magistraturas de Trabajo daban la razón, en el noventa por ciento de los casos, a los “operarios” o “productores” como se llamaba a los obreros asalariados... Saber esto dolerá a quienes lo ignoraban y avergonzará (espero) a los que sabiéndolo lo callan.
Me llama la atención la “heroicidad” que a favor de los ciudadanos va a acometer el Gobierno Sánchez de modificar la actual LAR para que los contratos de alquiler cuya duración máxima actual es de tres años, para fijarlo en cinco años, seguramente para que se crea que las leyes en contra de los inquilinos (esa limitación de plazos) la puso la “derechona” para atender a las peticiones de sus votantes, ocultando que esa ley por la que se fijaron plazos (empezó en cinco años) se impuso en el primer gobierno de Felipe González, por el ministro de Economía Miguel Boyer. Hasta entonces había funcionado (durante el franquismo, querido lector que hayas llegado hasta este punto) otra ley en la que mandaba el inquilino. Era indiferente el plazo por el que se contrataba: llegado el vencimiento quedaba automáticamente prorrogado por otro plazo igual, y así hasta el infinito, mientras quisiera el inquilino y se lo tenía que “tragar” el propietario. Las subidas de alquiler lo eran mediante leyes del Gobierno. De esa forma se instituyeron esos alquileres de “rentas antiguas” que parece le molestaban a los socialistas (o al señor Boyer). Sea valiente señor Sánchez, ya que no lo han sido sus antecesores (Rajoy incluido) de fijar por ley la prórroga forzosa para el propietario y voluntaria para el inquilino. Tal vez algún “tocapelotas”, como un servidor, le pueda decir que ha copiado una ley de su odiado Franco, pero si es verdad que usted es nieto del comandante legionario Castejón fiel colaborador del Caudillo, al que sus correligionarios del PSOE calificaron de “carnicero de Badajoz (no lo ha desmentido nunca), seguro que se lo agradecerá allá donde esté.
Y a este respecto quiero hacer un pequeño añadido: gracias a que los alquileres subían en cantidades mínimas y los sueldos iban subiendo en cuantías muy significativas, los trabajadores podían ahorrar, tenían un superávit sustancioso para dedicarlo a la compra de vivienda, de coche, de vacaciones, etc. En aquellos años 60 los que vivían de alquiler pagaban un porcentaje que no iba más allá del diez por ciento de sus ingresos mientras que ahora un alquiler modesto y un sueldo de la misma categoría vienen a ser casi iguales, o lo que es lo mismo se tiene que trabajar para pagar más del setenta por ciento del importe del alquiler... Y encima, al vencimiento del plazo de tres años (o de 5, como quieren cambiar) el propietario te puede pedir lo que le dé la gana si quieres continuar en la vivienda o en el local de negocio arrendado pues de lo contrario te vas a la puta calle. Es así de crudo, pero las verdades suelen serlo.
Foto y textos obtenidos de Internet. (Ni pongo ni quito rey, tan solo añadir que la noticia no ha sido desmentida por el actual Presidente del Gobierno) |
Y como ya he dicho que entrando en la senda de los ochenta años lo de la “corrección política” me importa un bledo (nunca me importó, la verdad), digo lo que he visto y vívido aunque a alguno le siente mal (si digo alguna mentira objetiva, que me lo desmienta y pruebe) y si desde la administración de esta página (Facebook), que no sé muy bien quién es y desde donde nos vigila, les parece que decir verdades como puños sobre Franco y el régimen en el que viví desde que nací hasta que murió él (36 años) pues que lo borre o lo mande a la papelera sin posibilidad de reciclaje, con lo que me mofaré del sacrosanto derecho a la libertad de expresión.
Ciertos programas de TV creen que los ciudadanos de a pie somos imbéciles intentando manipular la realidad a su beneficio. Aunque es cierto que las NNTT nos permiten de un vistazo poder contrastar la verdad o mentira de lo que escuchamos, se aprovechan de la inocencia de muchos que piensan que si algo sale en la tele es «verdad», y es con la voz de esos pocos con lo que justifican sus injerencias verborreicas.
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