Vista parcial del banquillo de un tedioso Juicio (Foto de Internet) |
Empieza el mes de Abril, nombre de origen latino que viene de “aprilis”, derivado del verbo “aprire” (abrir, apertura), sinónimo de “frescura, vigor, lozanía y juventud”, para el que el Tribunal Supremo nos ha anunciado que entre los días 2 y 25 (con Semana Santa in-cluida) desfilarán 185 testigos que, esperamos lo hagan a paso legionario y no al lento de las procesiones; y a poder ser que nos hagan sonreír (o reír) como ante la pregunta de aquel abogado de si eran “guardaes-paldas o eran personas” que tuvo que ser zanjada por Marchena diciendo que los guardaespaldas también eran personas; y deseamos que los testigos no tengan que continuar ocultando sus rostros a las cámaras por temor a represalias. Con los capirotes de los nazarenos ya hay suficiente.
La tanda se inició con don JUAN-MANUEL QUINTELA NORIEGA, Comisario Jefe de Información de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña que, entre otras “perlas” mediante las que contraatacaba a la policía autonómica, denunció que agentes de la misma, solo en Barcelona, les hicieron 279 vigilancias a la vez que les interpusieron todo tipo de obstáculos contra la labor policial de la Policía Nacional en la recta final del secesionismo ilegal en el otoño caliente de 2017, dibujando el “clima” de seguimiento y espionaje a sus agentes, mediante lo que calificó como un entorpecimiento físico y pasivo de los “Mossos”, con lo que enmendaba la plana de cuanto al efecto había declarado el mayor Trapero durante su testifical.
Rebatió la principal coartada de Trapero cuando defendió el plan de actuación de los “Mossos” como una parte de un todo, un apartado más dentro del operativo conjunto de todas las policías, para extender la responsabilidad más allá de lo que a él pudiera atañerle. Quíntela alegó que no se planificó una actuación conjunta porque las órdenes judiciales otorgaban ese encargo a los “Mossos”, con la Policía Nacional y la Guardia Civil preparadas “por si hacía falta actuar como apoyo”, por si el operativo de los autonómicos era insuficiente; solo entonces deberían actuar las fuerzas estatales. Ya hubo absoluta pasividad en los días previos, durante la ocupación de los centros de votación y un despliegue absolutamente insuficiente que hicieron preciso el desarrollo e intervención de los 6.000 efectivos desplegados desde Madrid, cuya actuación se precipitó a primera hora del día uno de octubre; añadió que en los “Mossos” hay grandes profesionales que hubieran querido desarrollar su actuación conforme a la ley y los mandatos de la autoridad judicial para impedir el referéndum, pero que “sus superiores no les dejaron”.
Tras el relato de hechos concretos como el de un “mosso” que con los brazos en cruz se interponía a la policía estatal impidiendo que entrara en un colegio electoral gritando ¡dejadlos votar! pasando por la pasividad de otros que, desde lejos, contemplaban como policías nacionales o guardias civiles eran agredidos por ciudadanos iracundo y violentos, criticó con dureza a las unidades antidisturbios de los “Mossos”, relegadas a una clarísima infrautilización, así como de que el análisis del Cuerpo diera por cerrados Colegios en municipios pequeños en los que se había permitido la votación.
Quíntela subrayó que, a su entender, el referéndum se empezó a ejecutar los días 29 y 30 de septiembre con la “ocupación” de los colegios, que no era otra cosa que parte de los actos de preparación, pues de esta forma se garantizaban (los “rebeldes”) no tener problemas para abrirlos el día uno. Así organizaron “chocolatadas”, “fiestas del pijama” y otros eventos escolares en horas diurnas o nocturnas.
El Letrado Alex Solá (de Jordi Cuixart) se enredó en sus preguntas al testigo, lo que motivó diversas intervenciones del Presidente Marchena que le puso de relieve la improcedencia de sus preguntas, así como que tales preguntas no eran importantes que “interesaran” a la defensa, sino al propio Tribunal, pues en otro caso estaban todos perdiendo el tiempo.
A preguntas del Fiscal Zaragoza (a quien se le nota en el rostro cuando un interrogatorio le está saliendo bien) Juan Manuel Quíntela le hizo “un traje a medida” a Trapero que si creyó que su “mayor enemigo” era Pérez de los Cobos, tal vez ahora haya cambiado de opinión. Quíntela, sin una palabra más alta que otra, sostuvo firmemente que los “Mossos” no solo no ayudaron a impedir el referéndum ilegal, sino que fueron parte activa en su celebración, avisando incluso a los organizadores de cuando tendrían que ocupar los colegios para que no los pudieran desalojar y dedicándose al espionaje de guardias civiles y policías.
Los fiscales durante la jornada (Foto de Internet) |
Pero es que en el turno de preguntas del Letrado Javier Melero (para mí el mejor y más técnico de todos los de su bancada) no consiguió que el testigo (propuesto por el Fiscal) se “arrugara”; no se contradice e incluso se permite darse un baño de publicidad para los antidisturbios de la Policía Nacional, sobre su capacitación profesional, al decirle que eran un Cuerpo admirado en todo el mundo y que ellos habían formado a los “Mossos” (el Fiscal Zaragoza sonreía desde su rincón) mientras que Melero renunciaba a formular otras preguntas.
El miércoles día 3 hubo un extenso desfile de guardias civiles cuyos testimonios es obvio que no gustaron a los abogados de los acusados. Sus palabras, con las que recreaban en la Sala las hostilidades contra ellos en sus actuaciones policiales durante la recta final del “procés”, han llenado de nervios a algunos letrados de las defensas, sobre todo a Jordi Pina (que defiende a Sánchez, Turull y Rull) que intentó tergiversar la declaración de uno de los guardias agredido y lesionado leyendo parcialmente el parte médico de lesiones, ocultando las líneas en las que se detallaban aquellas lo que dio lugar a ser recriminado por el Presidente Marchena por la “trampa” que había intentado realizar.
Jordi Pina, casi agota la paciencia de Marchena (Foto de Internet) |
Otros once guardias civiles relataron las agresiones que recibieron en los diversos centros de votación, aquel uno de octubre, en alguno de los cuales demoraron la asistencia, tácitamente la denegaban y hubo que recurrir a la dirección para obligar a ser curados.
Obviamente la declaración más esperada de la jornada (que parece levantar los “ánimos” de los espectadores) ha sido la de FERRÁN LOPEZ NAVARRO, un madrileño (de nacimiento), de padres inmigrantes, que se crió en Santa Coloma de Gramanet, quien en las fechas del “procés” era segundo de Trapero y que con el 155 fue nombrado Jefe superior de los “Mossos” por el Gobierno de Rajoy, puso el mayor énfasis al relatar lo difícil que le resulta olvidar cuando tres días antes del referéndum, en el encuentro de los mandos de los “Mossos” con la cúpula del Gobierno de la Generalitat, Puigdemont les dijo que si se daban los incidentes que ellos auguraban, en “ese mismo momento declaraba la independencia”. Nos asombra (decimos nosotros) que nadie en la Sala (acusación, defensas e incluso el Presidente) no le hiciera una sencilla pregunta ¿Y por qué no la declaró, comisario?
Porque lo cierto es que el uno de octubre, tal y como recordó una y otra vez el comisario López durante su declaración, se formalizó el escenario de violencia y enfrentamiento previsto por los “Mossos” sin que Puigdemont reaccionara.
La revelación de López es sensacional (como lo fue la de Trapero al decir que estaban dispuestos a detener al Gobern en pleno), pero no le exculpa el dejar en “el aire” que si no hicieron “nada” (los “Mossos”) para evitar el referéndum fue para que Puigdemont no declarara ese día la independencia de Cataluña, pues en su declaración ante el Tribunal insistió en que sus agentes no pueden ser acusados en modo alguno de pasividad ya que enviaron una pareja a cada Colegio, siguiendo el dispositivo adoptado en una primera fase de intervención, y en una segunda fase utilizaron las fuerzas antidisturbios de los “Mossos” (nadie le preguntó ¿Cuántas, cómo, cuándo, dónde?) Lo cierto es que nadie ha visto y no pueden esgrimirse imágenes de los “Mossos” utilizando la fuerza en algún colegio electoral, mientras que existen otras de esos agentes facilitando con “buena cara” la celebración de las votaciones. La “fuerza” se la cargaron a policías nacionales y guardias civiles grabados profusamente.
Ferrán López, durante su declaración (Foto de Internet) |
Para nosotros que hemos seguido con fidelidad perruna todas las sesiones del Juicio, la discusión sobre la conducta de los “Mossos” aquel uno de octubre carece de misterio tras la declaración de Trapero que dejó claras sus diferencias con Pérez de los Cobos; sus agentes solo utilizarían la fuerza si un policía o una tercera persona era atacada, frase que también utilizó el comisario López y la de Trapero de que presuntamente la Magistrada Mercedes Armas Galve, de la Sección 8ª del TSJC cuando les entregó copia del Auto por el que decretaba que no se permitiera la celebración del referéndum ilegal: ¡Paciencia, contención y paz social!
Lo que ya no entra (o se sale) del terreno de la lógica es que López manifestara que el coronel Pérez de los Cobos entonaba el mismo “salmo” ya que no lo predicaba con el ejemplo puesto que ante la pasividad de los “Mossos” mandó a sus tropas a cargar. Curioso también que el coronel mantuviera en las dependencias del TSJC una tensa y última conversación con Trapero, en la que le reprochó amargamente “sus parejitas” en los Colegios, mientras el otro le afeaba los “palos” de sus guardias.
La Magistrada Mercedes Armas que ordenó suspender el referéndum (Foto de Internet) |
En cualquier caso, estos hombres y mujeres que cada día acuden, AVE va y AVE viene (Barcelona-Madrid-Barcelona) para defender a los procesados, debieron quedarse de “piedra” cuando un Oficial de los “Mossos”, uno de aquellos héroes de los atentados de agosto de 2017 en las Ramblas y Cambrils, dijo bajo juramento en la Sala del TS que Puigdemont pensó (no se sabe si en serio, pero no eran días para bromas) que una espiral de violencia podía ser la espoleta de la declaración de independencia. Dijo justo lo que los fiscales y la acusación popular esperaban para sostener que se cometió el delito de rebelión.
Terminaremos esta reseña con la declaración el jueves del comisario superior de coordinación central de los “Mossos” en el otoño de 2017, JOAN CARLES MOLINERO, con el que se cierra el círculo de comparecencias de la cúpula policial autonómica que, como sus compañeros que acudieron a las reuniones del 26 y 28 de septiembre de 2017 con Puigdemont, Joaquim Forn y Oriol Junqueras, ha ratificado la versión de que los “Mossos” avisaron al Gobern de que podía haber incidentes graves el uno de Octubre y “trabajaron” para impedir el referéndum ilegal mediante un dispositivo pactado con las policías estatales. Añadió un matiz a la afirmación atribuida a Puigdemont de que, si el día de la votación se cumplía el escenario de violencia que preveían los “Mossos”, declararía la independencia, Puigdemont respondió que esperaba no sucediera una desgracia importante; pero que, si se daba tal situación, posiblemente procedería a declarar la independencia de Cataluña en ese momento.
Joan Carlos Molinero, durante su declaración (Foto de Internet) |
A lo largo de sus declaraciones, distribuidas entre el 7 de marzo y este jueves, la cúpula de los “Mossos” ha ido desgranando los argumentos de su defensa. De los cinco mandos que han declarado como testigos, cuatro están investigados por causas judiciales relacionadas con el “procés” y, aunque podían haber rechazado declarar en el Supremo, todos han preferido hacerlo. El juicio en el alto tribunal les ha ofrecido la mejor plataforma para exponer su mensaje e, incluso, en el caso de que el Supremo dé por buenas sus versiones, condicionar a su favor los futuros juicios a los que se enfrenten.
El comisario ha rechazado también que, en ese reparto de papeles para el 1-O, los “Mossos” asumieran en exclusiva la tarea de cerrar los centros durante el fin de semana previo. Con este argumento ha querido contrarrestar al fiscal Javier Zaragoza, de cuyo interrogatorio se deduce que el ministerio público sigue pensando que los “Mossos” actuaron de forma pasiva. “Los centros fueron ocupados”, ha hecho ver Zaragoza. “Había actividades culturales, académicas, festivas. Pero no había urnas ni había listados electorales ni había papeletas. Y entendíamos que no podíamos cerrarlos”, ha alegado Molinero. El fiscal ha insistido en que en las pautas de actuación de los propios “Mossos” ellos asumieron esa tarea. “Asumimos porque el auto nos la encomienda también a nosotros. Pero en ningún momento acordamos que nosotros íbamos a hacer solos esa actuación”, ha sostenido el comisario.
Molinero insistió en que De los Cobos avaló que los “Mossos” enviaran a una pareja de agentes (los llamados binomios) a cada colegio la mañana del 1-O y, en función de las circunstancias, fueran reclamando apoyo de efectivos de orden público. Y ni el coordinador ni ningún mando de las policías estatales discreparon de este plan, según el testigo. Según sus datos, la actuación de los “Mossos” permitió cerrar 373 colegios: 24 con los binomios, 110 con unidades de orden público de la policía catalana y 239 que ni llegaron a abrir por los trabajos de los agentes previos al día de la votación. “Creo recordar que la Policía Nacional y la Guardia Civil intervinieron en unos 110 y no se cerró ninguno”, añadió el comisario que discrepó de la versión de las acusaciones de que la responsabilidad de impedir la consulta recaía específicamente en los Mossos. “El auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña deja muy claro que la responsabilidad es por igual de los tres cuerpos bajo la dirección de De los Cobos
Pareja de agentes (binomio) que miran los “toros” desde la barrera (Foto de Internet) |
Cumplió el Tribunal (terminó fuera de horario habitual el jueves) el propósito de tomar declaración a Molinero y a 27 agentes de la Guardia Civil, entre los que se encontraban los que actuaron el uno de Octubre en Dosrius, Fonollosa, Sant Joan de Vilatorrada, Sant Martí de Sesgueioles, Sant Esteve de Sesrovieres, Sant Carles de la Rápita, Vilabella, Montroig de Camp, Garrigás y Esponella, ratificaron lo que sus compañeros en Barcelona y otras ciudades catalanas habían padecido en cuanto a resistencia, violencia, insultos y agresiones al intentar que no se celebrara el referéndum ilegal.
Ahora, a esperar lo que nos deparará la próxima semana, a partir del martes 9 de abril. Cada vez las defensas están más tensas y nerviosas y los fiscales más cómodos en sus interrogatorios; el Presidente: como siempre, en su impecable e imparcial función de administrar justicia procesal hasta que le llegue el turno de hincarle el diente al fondo del asunto ¿Existió o no existió violencia? ¿Hay o no hay delito de rebelión? ¿Será una rosa o será un clavel? ¡Después del verano, nos lo dirán!
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