viernes, 19 de abril de 2019

Audiencia pública (12)

En Rentaría: domingo de “Palos” y no de Ramos (Foto de ABC)
En Rentaría: domingo de “Palos” y no de Ramos (Foto de ABC)
Ya estamos dentro del lunes (15 de abril de 2019) de una atípica Semana Santa en la que, con la cada vez más débil devoción y recogimiento católi-co, nos vamos a enfrentar con un extraño contubernio en el que tienen que coexistir la Religión con la Campaña Electo-ral y el Juicio al “procés”, la tentativa secesionista catalana del otoño de 2017, que se reanuda hoy.
Así, mientras en Sevilla salen las primeras procesiones en un ambiente que se puede definir de “normal”, en Valladolid son boicoteadas por autoridades y simpatizantes del PSOE al grito de ¡España, mañana será republicana!
Mientras tanto, en el inicio de la campaña electoral, los autodenominados “demócratas de toda la vida” atacan violentamente a los “carcas fascistas” de PP, Cs y VOX, impidiéndoles dar mítines políticos en Barcelona, Rentaría y Bilbao. Aquí viene como anillo al dedo una reflexión que le he leído a mi amigo Ramón Fernández-Cid ¿Sabe alguien de algún escrache pacifico, violento o mediopensionista de simpatizantes o miembros del PP, Cs y VOX contra el PSOE, PODEMOS, BILDU, PNV y separatistas varios de los partidos catalanes? Por cierto, que la postura de Pedro Sánchez ayer (de perfil, como cuando se le pregunta por los “indultos”) al no mencionar los actos violentos contra los partidos de derechas que concurren a las elecciones, es de Juzgado de Guardia. Olvida este señor que es el Presidente del Gobierno, Gobierno que tiene que garantizar el orden público y la seguridad de los representantes de las diversas opciones políticas que le disputan el poder el 28 de abril
Otra dejadez de la autoridad que debe ejercer el Gobierno es la no represión del oprobio que representa ver una caseta (de los CDR) en el tradicional “Mercat del Ram”, frente al nº 10 de la calle Manlleu, de la ciudad de Vic, en donde han instalado una caseta de tirar al blanco con darnos a la figura del Jefe del Estado, el Rey Felipe VI. Es alucinante que en solo 45 años una ciudad como Vic (que conozco perfectamente) haya pasado de ser la reserva espiritual de los Tercios de Nuestra Señora de Montserrat que lucharon en el bando de Franco, con su Casino de Excombatientes (en el que tantas veces comí) se haya convertido en el feudo de la intransigencia y antiespañolismo (¿Qué ha sido de vosotros amigos Rocafiguera, Canadell, Cunill, Valls, etc.?)
Por un par de euros se puede asaetar al Rey (Foto de Internet)
Por un par de euros se puede asaetar al Rey (Foto de Internet)
Perdón por esta extensa disgregación; me pierdo, una y otra vez, por esos bellos cerros de Úbeda. Voy a intentar centrarme en la vista oral en la que está previsto declaren 60 agentes de los Antidisturbios de la Policía Nacional que actuaron contra el referéndum ilegal en las principales ciudades catalanas el uno de octubre de 2017, en una apretada agenda de lunes, martes y miércoles (santos).
EL LUNES SANTO
Hay “medio aforo” en la Sala cuando a las diez se reanuda la Vista; parece que parte de la “afición” separatista ha tomado vacaciones; solo se ven (según la prensa) bien provistos de pañuelos amarillos unos cuantos integrantes del colectivo “Madrileños por el Derecho a Decidir” … En Madrid, menos mar, hay de todo.
Madrileños por “El derecho a Decidir”, mientras el Oso se come al madroño (Foto de Internet)
Madrileños por “El derecho a Decidir”, mientras el Oso se come al madroño (Foto de Internet)
El primer testigo es identificado como el teniente Coronel de la Guardia Civil (comandante el 1 de octubre de 2017) con tarjeta 29100C, que al ser interrogado por Marchena sobre las generales de la ley dice que fue procesado y condenado por el delito de torturas y absuelto del mismo por el Tribunal Supremo; era el segundo del coronel Baena y tenía que haber declarado tras su superior el 27 de marzo pero, por enfermedad, se aplazó hasta hoy; a preguntas de la fiscal Cadena contestó que el documento denominado “Enfocats” y la “agenda” de Josep María Jové fue cumpliéndose y si finalmente no se produjo la independencia material no fue debido a la falta de ganas y determinación de los políticos ni por la falta de “colaboración” de los Mossos; “la figura de Trapero era imprescindible en la estrategia independentista”, matizó.
Su declaración (a nuestro entender) no tuvo la contundencia de la de su jefe, el coronel Baena; no tardó en ponerse nervioso (se le notaba) cosa que los abogados defensores aprovecharon para que se le “echaran al cuello”, acabando aquello con tangana e intervención del Presidente imponiendo orden procesal.
Tras el testimonio del comandante, y ya durante todo el día, se suceden los testimonios de los agentes de las Unidades de Intervención Policial (los antidisturbios) que entraron, o intentaron entrar, en los colegios electorales el domingo 1 de octubre. Destaca el testimonio de un oficial ‒el séptimo testigo de la jornada‒ que relata con detalle la salida del colegio Ramón Llull de Barcelona:
Muralla humana ante el Colegio Ramón Llull (Foto de Internet)
Muralla humana ante el Colegio Ramón Llull (Foto de Internet)
"Durante el tiempo que estuvimos allí, ante un muro de gente, nos decían de todo. Hasta que ETA tenía que volver y matarnos. Pero lo peor fue el repliegue. Nos cerraron por delante y por detrás. Aquello era una jaula. Nos gritaban: ¡Perros, hijos de puta, os tenéis que morir! Yo me puse entre los que nos gritaban y mis agentes, y les decía: tranquilos, nosotros a lo nuestro. Así pasó media hora. Cada vez venía más gente. En cuanto nos intentamos ir, cayó sobre nosotros una lluvia de piedras, vallas, adoquines. A mí me golpearon en el pie y tuvieron que atenderme en el barco. Tuvimos que salir huyendo. Parecía que los malos éramos nosotros”.
El resto de la jornada, en la que se superaron los 200 testigos que comparecían ante el tribunal, se destinó a casi una veintena de policías que participaron en Colegios para impedir el referéndum ilegal y que resultaron de una forma u otra lesionados. Uno de ellos, un oficial, señaló que no quería recordar los insultos que les dirigieron, aunque estaba "obligado a hacerlo", porque le dolieron más los "policía asesina" que los golpes que recibió. "Yo este odio solo lo he visto en el País Vasco", añadió otro agente, que previamente había señalado con ironía que "los cánticos" con los que les recibieron en el colegio, "no eran rumba catalana. Mi madre vive en Gandía y ese día se tuvo que duchar 200 veces... Dicen que son gente de paz, pero son de odio", aseguró, añadiendo que, al llegar al Colegio la Policía Nacional, los Mossos se escondieron en unos setos o arbustos. Su forma de declarar, al extenderse sobre los problemas que tuvieron, entre los que citó los insultos de los trabajadores portuarios, llevó a Marchena a advertirle de que debía ceñirse a la pregunta que se le hacía. Otro identificó los insultos que recibía con el odio a España.
Prácticamente todos los policías nacionales que declararon el lunes fueron relatando las lesiones sufridas por las agresiones que sufrieron, desde la rotura del menisco de la rodilla a consecuencia de las patadas recibidas, a golpes en diferentes partes del cuerpo, empujones, lanzamiento de objetos como vallas de obras, trozos de adoquines, paraguas, escupitajos e insultos, muchos insultos y amenazas de muerte incluso. Calificaron de “hostil” la actuación de las personas congregadas en los diferentes centros en los que tuvieron que intervenir, relatando “momentos muy tensos”, y se “aguantó” (aseguró uno de ellos) con la mayor dignidad posible y sin que ocurrieran hechos más graves que parece estaban buscando los manifestantes, por la contención de los policías, mientras los “Mossos” desaparecían, se escondían y nunca les ayudaron, incluso cuando se les pidió esa ayuda.
Joaquim Forn y Jordi Sánchez, durante la sesión del juicio (Foto de Internet)
Joaquim Forn y Jordi Sánchez, durante la sesión del juicio (Foto de Internet)
Además de la actitud pasiva que han denunciado los policías en relación a los Mossos, los miembros de la UIP que ha declarado en esta sesión del juicio ‒la número 31‒ también han llamado la atención por la actuación de bomberos de la Generalitat. "Hicieron caso omiso", ha declarado el policía que conducía la primera furgoneta del convoy que fue a reforzar a los policías que intervinieron en el centro de votación Ramón Llull. "El jefe de grupo intentó que hablaran con la gente", ha asegurado el testigo en relación a los bomberos, a preguntas de la abogada del Estado, Rosa Seoane.
"Tuvimos hostigamiento desde que formamos la línea policial", ha declarado, distinguiendo entre tres tipos de insultos. "Tu madre es una perra por parir un hijo así", "sois unos perros", "la gente estaba insultando a España". "Dicen que son gente de paz, pero son gente llena de odio", ha dicho otro de los policías que ha declarado como testigo y que ha asegurado que la mirada de la gente reflejaba "que te quieren matar".
"Cantaban, pero no era rumba catalana", ha explicado este agente, que ha afirmado que "aquello no era lúdico festivo, era odio". Ha relatado cómo "una señora bien vestida" se acercó el dedo a la nariz y dijo: "Qué mal huelen los policías nacionales"; o cómo tuvieron que sacar a una mujer entre dos agentes: "¡Aquello era una tigresa!".
MARTES SANTO
El periodista Pablo Ordaz de “El País” nos ilustra (no lo podemos ver en la pantalla de TV) que, a las diez, cuando se da la voz de audiencia pública, entra raudo y se sienta en uno de los primeros bancos, el más cercano a los procesados, un individuo “medio payaso, medio provocador” que lleva una cazadora amarilla, unas botas amarillas, una mochila amarilla, una camiseta con el dibujo de Piolín y un reloj con la correa naranja. A los pocos minutos, y en vista de que la jornada se está convirtiendo en un desfile de policías que explican cómo les agredieron el 1 de octubre, se aburre y saca de la mochila una carpeta, amarilla, y se dedica a leer unos folios con el membrete de la Generalitat, mientras uno de los agentes sigue con su declaración.
En esta sesión del Juicio en la que van desfilando diversos policías nacionales que narran las violentas agresiones de palabra y obra con la que los manifestantes apostados a la puerta de los diversos colegios electorales en los que tenían que intervenir urnas y material a emplear en las ilegales del uno de Octubre, declaraciones que coincidían plenamente con las de sus compañeros del día anterior (muchos de ellos habían estado en los mismo “colegios”), fueron aprovechadas por los abogados defensores en un intento de dar “la vuelta a la tortilla”; con sus preguntas los recriminaban por el uso de la fuerza (golpes de con la “defensa reglamentaria”), hasta el punto de que la fiscal Consuelo Madrigal tuvo que protestar interrumpiendo al la letrada Marina Roig con estas palabras: “Parece que aquí se está juzgando a los policías que actuaban para cumplir una orden judicial”.
Y efectivamente (añadimos nosotros, espectadores de la sesión) eso es lo que parecía dado el esfuerzo de los abogados en socavar la credibilidad de los agentes. Uno de ellos que contaba que, en un colegio de Tarragona, los concentrados les arrebataron una urna y golpearon con ella en la cabeza a un policía nacional, dio lugar a una especie de dialogo entre el mismo y la abogada Marina Roig, en unos términos que se pueden sintetizar así:
‒ ¿Recuerda si gritaban democracia?
– Sí, y también, hijos de puta, asesinos, fascistas…
‒ ¿Se produjo un griterío porque los policías pisaban a la gente?
– No, el griterío se produjo porque los agentes querían zafarse de los que estaban en actitud violenta allí y les acosaban.
En otro momento surrealista de la sesión, el abogado Homs le pregunta a otro policía si conocía lo que establece la Convención de la ONU sobre protección a discapacitados. Marchena le cortó en seco. Y Van den Eynde interrogó sin éxito a un agente sobre si vio a sus compañeros tirar del pelo a unas mujeres y retorcer sus extremidades.
Otro de los trucos de los defensores fue pretender mostrar contradicciones entre las declaraciones de los agentes y los atestados policiales, una estrategia que tampoco funcionó porque Marchena les advirtió de nuevo que los testigos están allí para relatar lo que vieron.
Su problema es que resulta muy difícil de creer que un centenar de testigos se haya puesto de acuerdo para inventarse el clima de odio y agresividad que ha quedado reflejado en el juicio. ¿Urnas en la cabeza o cabezas en la urna? El tribunal decidirá.
La intervención de los policías de paisano en ayuda de los miembros de las unidades de orden público de la Policía Nacional fue cuestionada por el letrado Jordi Pina, abogado de los acusados Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull, que recriminó a uno de los testigos que "se pusiera a retirar a gente" en los colegios. "¿Este cometido no les correspondía a los de apoyo?", ha preguntado Pina. La primera reacción de este policía fue "pedir disculpas" por el hecho, para después dejar claro a este abogado que no podía "estar con los brazos cruzados como sí hicieron los Mossos d'Esquadra que estaban allí presentes". "Yo como policía nacional me debo a mi Cuerpo, y lo que no puedo dejar es a un compañero abandonado en una intervención, que lo pisoteen, que le empujen", ha declarado.
La letrada Marina Roig que intentó demostrar que los testigos estaban “preparados” por el Ministerio Fiscal (Foto de Internet)
La letrada Marina Roig que intentó demostrar que los testigos estaban “preparados”
por el Ministerio Fiscal (Foto de Internet)
El abogado Jordi Pina, durante su intervención (Foto de Internet)
El abogado Jordi Pina, durante su intervención (Foto de Internet)
Cuando uno de los policías menciona que encontraron una urna dentro de un frigorífico, el “payaso” vestido de amarillo y su compañera de asiento, se ríen ruidosamente junto a otros separatistas que esa mañana, como casi todos los días, acuden al Supremo para ver de cerca a sus líderes procesados; se ve que les hace gracia, aunque a nuestro parecer estas jornadas no son excesivamente alentadoras para la delictiva causa que profesan; los fiscales han traído a un sinfín de agentes que resultaron lesionados al tratar de entrar en los Colegios. Ninguno de gravedad (hay que tener en cuenta que vestían trajes protectores a los golpes), pero de los testimonios en su conjunto se va perfilando una fotografía que no se corresponde con la de una gente de paz que entona viejas canciones y se deja apalear mansamente por unas brutales fuerzas de ocupación. Más bien lo contrario.
“Cuando me caí al suelo, recibí una patada, puñetazos, se me quedó la cara llena de contusiones –dice un agente‒. Noté una patada en los testículos que fue brutal –explica otro policía–. Me fui a por él, pero se zafó. El dolor era insoportable. La gente le ayudaba...”
Pese a que el juez Manuel Marchena trata de poner paz, solo lo consigue a medias. Porque no se trata de un incidente aislado. Los abogados Marina Roig, Àlex Solá y Benet Salellas saben perfectamente dónde está la diferencia entre la abogacía y la militancia, y dónde el límite para que una pregunta (formulada además de forma despectiva) pueda pasar el filtro del tribunal. Y, aun así, deciden traspasarla y armar la bronca para disfrute de sus huestes. Los abogados de Jordi Cuixart se están convirtiendo en el verdadero rostro del hombre que sonríe.
La bancada de los abogados defensores (Foto de EFE)
La bancada de los abogados defensores (Foto de EFE)
Varios de los agentes que testificaron el martes afirmaron que hubo ancianos y niños puestos como “escudos humanos”, dentro de un plan para “proteger” las urnas e impedir que las requisaran por orden del TSJC. Así, En la Escola Oficial d’Idiomes de Lleida se formó una treintena de filas de votantes y amigos, “entrelazados” para taponar la puerta y evitar el acceso de los uniformados. Y en la primera de ellas se colocó a “personas de avanzada edad y mujeres con niños de cuatro a ocho años”, aseguró ayer el agente 87688. De la Escola Verd, en Girona, tras formarse un pasillo policial una vez que ya se había requisado el material, “salían niños del interior, los interponían entre los congregados y los polis”, relató el número 66.175 y otro policía herido el 1 de octubre recordaba como niños de unos ocho años les gritaban ¡asesinos! desde el patio de recreo.
Parece obvio que la educación dada a los niños en Cataluña en los últimos 40 años, de la mano de Jordi Pujol Soley y sus colaboradores separatistas, ha conseguido engendrar a los más tierno infantes un “odio eterno a España”, tal como el que Aníbal juró a su padre Asdrúbal que tendría hacia los Romanos ¡Tomen nota, separatistas, de cómo acabó Anibal!
Manuel Marchena, el Juez de mano de hierro y guante de seda (Foto de ABC)
Manuel Marchena, el Juez de mano de hierro y guante de seda (Foto de ABC)
MIERCOLES SANTO
Al dar el Presidente Marchena el “pistoletazo” de salida a las 10 de la mañana del miércoles, estimamos que tras las declaraciones de los testigos del lunes y martes se debe haber creado entre los asistentes y espectadores televisivos al Juicio unas ideas básicas:
  1. Que la resistencia de muchos votantes ante el deber de los agentes de retirar las urnas e impedir el referéndum, fue “violenta”; y
  2. Que la actitud de los Mossos en esas escuelas de “pasividad y nula colaboración”, lo que va reforzando la tesis de las acusaciones; las defensas se agarran como a un clavo ardiendo y tratan de demostrar que la “consulta” del uno de octubre supuso una jornada reivindicativa de derechos civiles pisoteados por el Estado opresor.
Si los agentes ya habían apuntalado en sesiones anteriores, como hemos dicho, el relato de violencia por parte de los separatistas aquel uno de octubre en Colegios de Tarragona, Barcelona y Gerona, hoy miércoles uno de los policías ha ensanchado la línea temporal de este “acoso” (tal fue su definición al declarar), al referirse al día 2 de octubre, tras el discurso institucional del president Puigdemont, al poner de relieve que las palabras de odio también salieron de los muros de una escuela, pero esta vez no las proferían activistas atrincherados para obstaculizar la actuación policial, sino niños que les llamaban ¡asesinos! a la hora del recreo desde el patio de la escuela de enfrente a la comisaría de Lérida, añadiendo este subinspector que eran los profesores quienes sacaban a los niños de las aulas para que les insultaran.
Puigdemont, durante su alocución del 2 de octubre (Foto de Internet)
Puigdemont, durante su alocución del 2 de octubre (Foto de Internet)
Los policías han aportado otra muestra de que el acoso de los separatistas se mantuvo más allá del uno de octubre: uno explicó que cuando estaban alojados en un hotel de Reus (Tarragona) de donde los echaron, también recibieron amenazas “¡Sabemos dónde os alojáis y os vamos a matar!”, les dijeron.
Los agentes que actuaron en Lérida han añadido otro dato: las dificultades para entrar a los colegios fueron muchas, pero peor fueron las salidas ya que la muchedumbre se había duplicado y ellos estaban completamente rodeados; además se comportaron más violentamente al comprobar como ellos se llevaban las urnas.
La complicada “infraestructura” para la citación de testigos dio lugar a la anécdota de la jornada: un error del Supremo al citar dos veces a uno de los policías, de lo que se percató el abogado Jordi Pina al verlo entrar y así se lo hizo saber al Tribunal. El Presidente Marchena se lo ha preguntado al policía que confirmó haber declarado el pasado jueves, por lo que le indicó que se podía marchar tras pedirle disculpas y dedicó un emotivo agradecimiento (con una ancha sonrisa) al abogado Pina ¡Qué haríamos sin usted! La distensión se prolongó cuando compareció el siguiente policía y el Magistrado se ha dirigido al señor Pina diciéndole que estuviera atento para gestionar un posible “non bis in ídem”.
El abogado Benet Salellas, ex diputado de la CUP (Foto de Internet)
El abogado Benet Salellas, ex diputado de la CUP (Foto de Internet)
Ha llamado la atención como finalizaba sus interrogatorios a los testigos policiales; les pregunta “¿Qué número de identificación llevaba usted en la espalda?” El 4U581 responde a media mañana uno de los agentes que se trasladaron desde Sevilla a Lérida para evitar el referéndum ilegal, tras lo que Salellas lo anota cuidadosamente a mano con un gesto de satisfacción, cómo si le dijera ¡ya te tengo identificado! Y luego sigue preguntando cosas del tipo “¿la gente les regalaba claveles?” O “¿la gente cantaba canciones del tipo: somos gente de paz?” Las respuestas suelen ser “¡No lo recuerdo!” Aunque otros replicaban que no, que lo que les decían era “¡sois unos hijos de puta, perros de Rajoy y os vamos a matar!” Salellas no se inmuta; mira a los agentes de medio lado y se nota como disfruta cuando pide la identificación personal a uno tras otro de los policías declarante y las anota en su cuaderno. Es obvio que le puede más su vertiente de político “cupero” que la de jurista, que tras el gradual enfriamiento de los enfrentamientos con el Tribunal de sus compañeros Andreu Van den Eynde y Jordi Pina, parece haber enarbolado la peligrosa bandera de los abogados rebeldes; peligrosa, decimos, sobre todo para su defendido Jordi Cuixart que se enfrenta a una petición de pena de 17 años de privación de libertad por el delito de rebelión.
Recordemos que ya, en las jornadas anteriores, Salellas estuvo a punto de sacar de sus casillas a Marchena, pero hoy por fin ha conseguido con creces lo que sin duda venía buscando: “no vamos a discutir usted y yo”, le advierte el Presidente sobreponiendo el tono de su voz a la queja que intenta mantener viva el abogado; “lo que le estoy diciendo es que no haga preguntas que no estén dirigidas al interés del tribunal, pues en otro caso usted pierde el tiempo y nos lo está haciendo perder a nosotros”.
Jordi Cuixart: Antes y después de dedicarse a la política sediciosa (Foto de Internet)
Jordi Cuixart: Antes y después de dedicarse a la política sediciosa (Foto de Internet)
Esa “bronca” se inicia durante el interrogatorio de un agente, al preguntarle el abogado Salellas si se interesó por una persona que había caído lesionada en el suelo; el policía contesta que no, que cuando terminaron su actuación se marcharon. Aquí es donde interviene Marchena para decirle al letrado que los sentimientos “piadosos o no piadosos del testigo” no tienen trascendencia jurídica y que “vaya al grano”.
La cuestión de fondo es que, una vez superado el ecuador del juicio y después de la declaración del último de los 186 policías y guardias civiles citados como testigos (y no como imputados, como quieren los abogados defensores), ya casi nadie engaña a nadie en el Salón de Plenos. Ha quedado claro que los tres letrados de Cuixart, como sus antagonistas de la acusación popular ejercida por Vox, tienen intereses políticos que van más allá de lo estrictamente jurídico. Benet Salellas, ex diputado de la CUP, y Javier Ortega Smith, candidato VOX al Congreso de los Diputados, hacen preguntas que no se entenderían sin el rédito político que ambos persiguen. Unas preguntas que difícilmente serían aceptadas por un tribunal menos preocupado por su apariencia de imparcialidad. Y de no tratarse de un juicio de esta relevancia, retransmitido en directo y con la sombra siempre presente del más que probable recurso a Europa.
Mientras tanto, la Campaña electoral de los diversos Partidos se va agriando. El famoso debate “a cinco” en Antena 3 del día 23 ha sido abortado por la Junta Electoral Central al prohibir la asistencia de VOX; el prepotente Sánchez, a quien le interesaba tener a los “Tres Temores” para machacarlos y poner de relieve que son una “misma cosa”, ya no quiere ir a la cadena de Atresmedia y cree que le irá mejor en TVE donde manda la “comisaria política” puesta por él (Rosa María Mateo) que señala el 23 para un debate a cuatro, precisamente para el día de San Jorge, con lo que tácitamente elimina el de Antena3; se le plantan los otros líderes (incluido Pablo Iglesias) que lo tachan de cobarde y manipulador. Lo último que conocemos (con Sánchez nunca sabes si es lo último o lo penúltimo) es que habrá debate a cuatro en TVE el 22 y en Antena3 el día 23. Y para rizar el rizo del esperpento de las Junta Electoral Central tenemos las autorizaciones para que los procesados por rebelión, en pleno proceso del Juicio, puedan dar conferencias de prensa dentro de la prisión, haciendo campaña de lo “suyo” (erre con erre sobre el derecho de autodeterminación) y aquí tienen a Jordi Sánchez, el ex presidente de la Asamblea Nacional de Cataluña ofreciendo a su “tocayo” Pedro Sánchez sus votos en las próximas elecciones, para que pueda tener un gobierno estable; condición ¡El referéndum pactado debe estar sobre la mesa de las negociaciones!
Jordi Sánchez, durante su conferencia de prensa, con la bandera de España y el retrato del Rey como telón de fondo del escenario carcelario (Foto de Internet)
Jordi Sánchez, durante su conferencia de prensa, con la bandera de España y el retrato
del Rey como telón de fondo del escenario carcelario (Foto de Internet)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por sus comentarios.